¿Son dolor y personas mayores sinónimos?

"... con dolor darás a luz a tus hijos..." Gen 3,16

 

Ya el Génesis nos marca que desde el mismo nacimiento el dolor nos acompañará.

 

El dolor es un síntoma muy frecuente en muchas de las enfermedades de las personas mayores. No solo aparece en enfermedades sino también como efecto de algunas situaciones frecuentes, por ejemplo la inmovilidad.

 

Es uno de los síntomas que menos se trata. Esto es así por muchos motivos:

  • Los mayores tienden a creer que es consustancial a sus enfermedades y que no hay más remedio que tenerlo.
  • Muchos mayores por motivos religiosos consideran que ayuda a remidir pecados.
  • Muchos de los médicos que atienden a estos pacientes tienen prejuicios sobre el tratameinto del dolor en estos pacientes. Esto es así ya que no están familiarizados con los fármacos, con las dosis de los mismos, con las interacciones con otros fármacos, etc.
  • Los médicos minimizamos su atención cuando un mayor nos dice que algo le duele.
  • Existe miedo entre pacientes, familiares y profesionales a llegar a usar los medicamentos necesarios, especialmente si estos son derivados de la morfina.

 

Es bien conocido, cuando se está familiarizado con estos pacientes, sus enfermedades y este tipo de medicamentos, que se pueden minimizar los efectos secundariuos de estos fármacos si se usan del modo adecuado, a las dosis adecuadas, con las combiaciones correctas y con el escalonamiento pertinente.

 

 

 

Cuando un paciente dice que le duele, es que le duele.

 

  1. Siempre hay que hacer una valoración del dolor.
  2. Debemos saber si es curable con tratamiento, o si es un dolor crónico que debemos tratar para eliminar o al menos mitigar.
  3. En cada visita hay que revisar los fármacos utilizados para su control. Si no son eficaces se modifica el fármaco o la dosis, y si son eficaces se evalua si siguen siendo necesarios.
  4. Se valoran siempre los efectos secundarios que estos fármacos pueden estar produciendo y como se pueden evitar o disminuir.
  5. Hay que introducir los fármacos de uno en uno para saber si tenemos un problema, cual es el que lo está produciendo.
  6. Hay que informar a paciente y familiares al iniciar un nuevo tratamiento, qué efectos secundarios podemos esperar y qué hacer en caso de que alguno de ellos aparezca.

 

 

 Prácticamente siempre el dolor se puede eliminar o al menos disminuir su intensidad de un modo importante.